Libro de historietas de estilo manga y de género shojo (orientado al público femenino) encuadernado en rústica de 192 páginas interiores en blanco y negro más cubiertas con sobrecubierta y sentido de lectura oriental. Volumen único.
Akane, la gafe de Akane, se encontrará pronto con su destino… ¡¿Pero realmente decidirá convertirse en un ángel caído?! He aquí la historia de la desgraciada Akane Fukawa, una estudiante a la que parece que le hayan echado un mal de ojo, ya que toda su vida ha sido un continuo de mala suerte y calamidades. Pero un día la mala suerte de Akane llegará a su culmen: ¡¡hay una orden de evacuación en su edificio a causa de una plaga de termitas que amenaza la seguridad de todos los inquilinos !! Akane decide entrar a su apartamento, lo que no parece otra cosa que una llamada al infortunio… Y así es, Akane acaba sufriendo un accidente y muere «temporalmente». Es entonces cuando se le aparece Shinshil, un ángel venido desde el cielo, cuya misión es la de tomar el alma de Akane y llevársela con él a su hogar, al cielo. Pero Akane no parece estar demasiado conforme con esta situación: intenta, pues, razonar con el ángel y en un momento de desesperación ata sus manos con las de Shinshil… ¡lo que hace que sus alas se deshagan y se convierta en un ángel caído! De este modo, a Shinshil se le hace imposible llevarse el alma de Akane de vuelta al cielo, pero es que ¡tampoco puede irse él mismo de vuelta al paraíso! ¿Qué es lo que debe hacer ahora el ángel para solucionar su situación? Pues no es otra cosa que conseguir que Akane sea capaz de experimentar la felicidad de la que no ha podido gozar a lo largo de su vida. Y hacia ese objetivo se encaminarán a partir de ahora todos los esfuerzos de Shinshil. Pero, por supuesto, esto no resultará nada fácil, porque a Akane le aterran los posibles momentos de felicidad que pueda experimentar desde ese entonces y, por tanto, se pondrá en guardia contra cualquier atisbo de resurgimiento de las alas de Shinshil para así conseguir prolongar su estancia en la Tierra… ¿hasta cuándo?
