“Conocerlo es amarlo” fue la sección de entrevistas de la más innovadora y añorada revista de cómics de los años 80: Cairo. Esas deslumbrantes entrevistas son, cuatro décadas después, un documento sin igual para acercarnos al pensamiento de un grupo de jóvenes creadores que acabarían por ser esenciales en la Historia del cómic español.
En plena eclosión del llamado «boomde las revistas de cómics», a finales de 1981 llegó Cairo, un
mensual rupturista dispuesto a sorprender apostando abiertamente por lamodernidad, la línea
clara, la clásica escuela francobelga, la aventura y por unos jóvenes autores que se decantaban
por la renovación del medio y la vanguardia.
En sus páginas surgió “Conocerlo es amarlo”, una sección en la que Victoria Bermejo entrevistaba
cada mes a los dibujantes o guionistas de la publicación, tratándolos como si fueran ya artistas de trayectoria consolidada. Que no era el caso.
Cairo, «el neotebeo», supuso una revolución. Pequeña, como lo eran por entonces las revoluciones en el cómic, al que le quedaban lustros para lograr el reconocimiento cultural del que goza en el presente.
Pero una revolución quemarcó a una generación de lectores que entendieron que había nuevos
caminos más allá de los trillados de espada, fantasía, erotismo o superhéroes. Cairo sorprendía cada
mes al lector, y lo hacía intencionada e inteligentemente, con seriedad pero también con humor. Aquellas trece deslumbrantes entrevistas de Victoria Bermejo son, cuatro décadas después, un documento sin igual para acercarnos en «tiempo real» al pensamiento de un grupo de jóvenes creadores —a los que se sumó el maestro Coll— en pleno proceso de formación y que acabarían por ser esenciales en la Historia del cómic español.