Libro de ensayo encuadernado en rústica de 208 páginas interiores en blanco y negro más cubiertas con los cantos tintados que contiene varios relatos autoconclusivos La Movida. Volumen único.
Lo que nos gusta Coyote como músico y como dibujante de tebeos lo saben hasta en Fuentealvilla. Lo que no sabíamos era que, como escritor, también nos iba a tener como a firulais oliendo un hueso. Bueno, era medio previsible, los tebeos y las canciones llevan su buena dosis de grafemas y, aunque se combinan de otro modo, también hay que arrejuntarlos con salero. Relatos ochenteros, noctambulistas, jaraneros y circunstanciales desde el epicentro de la noticia, que diría Carrascal. Le dejo por aquí el texto de contraportada, que le ilustrará algo más sobre el asunto:
«Si le llamas Movida, éste no es tu libro». Esa es su manera de describir esta fabulosa colección de relatos. De relatos de La Movida, por cierto. Unas historias que discurren entre el perfil biográfico de sus protagonistas, la vivencia personal y el reportaje de costumbres de una España inmersa en una transición que se manifestó más allá de lo político, y que transformó la música, la pintura, el cine, los fanzines, la moda y hasta el hecho mismo de comer. Cruce de perras permite viajar en el tiempo a una época trepidante, en la que las carreras musicales quedaban truncadas por el servicio militar obligatorio, en la que emitir a los Ramones por Onda 2 podía transformar vidas y en la que muchos jóvenes quisieron ser modernos sin importar el precio que tuvieran que pagar. Cruce de perras es uno de esos pocos libros, por no decir el único, que permiten conocer la vida de los jureles, reflexionar sobre la longevidad de las pinzas de la ropa, empatizar con la dura vida de un rocker de provincias, analizar por qué los peluqueros se convirtieron en dinamizadores culturales o revivir el concierto de Los Coyotes en Rokola, ese que no cambió la historia de la música latina, pero sirvió para marcar un sendero que transita por la salsa, el punk y ese ritmo denostado por todos los rockeros actuales. Adentrarse en las páginas de Cruce de perras es como entrar en un decomisos en el que, entre bolsas de Galerías Preciados y otras chucherías, se pueden encontrar litronas de cerveza, cajetillas de tabaco, zapatos boogies y esos recuerdos kitsch de los bares de carretera. Esto y mucho más es Cruce de perras, el adictivo libro que confirma que los 80 y la Movida existieron, al margen de lo que diga su autor.